Sin embargo, hay gente que nos viene a ver simplemente para aprender a comer y revisar sus hábitos. Y, aunque son pocos encara los que lo hacen, cada vez hay más personas que se animan y descubren que ha merecido la pena.
Quizás la razón más evidente es que, si procede, el camino o proceso que inician no es el medio para conseguir un fin sino el fin en sí mismo.
Y esta es la clave. Que el cambio de hábitos sea el objetivo y la pérdida de peso o la panza menos hinchada sea la consecuencia.
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Revisar y tomar conciencia de cómo realmente son tus hábitos alimentarios.
Quieres diferenciar aquello que haces bien del que crees que haces bien?
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Analizar tu composición corporal.
Quieres descubrir si te sobra grasa, si te falta demasiado muscular o si tu cuerpo tiene más edad que tú?
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Aprender aquello que realmente es una alimentación saludable.
No, el que dice la vecina del 4.º, la Cosmopolitan del mes, los anuncios de la TV o el que se ha dicho toda la vida, esto no es.
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Tener un menú adaptado a tus gustos y necesidades que te ayude a planificarte mejor.
No has sentido nunca la necesidad de ordenar tu alimentación?
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Descubrir conceptos y trucos nuevos que te ayuden a relacionarte mejor con los alimentos y tu cuerpo.
Sabes cómo diferenciar el hambre emocional de la real? Sabes qué alimentos tienen más capacitado saciando?
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Diversificar tipo de alimentos, técnicas y recetas culinarias.
Sabias que los bocadillos pueden ser de más cosas que de queso o embutido? Crees que el tofu es solo para vegetarianos?
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Desmitificar falsas creencias alrededor de la alimentación… que hay un montón! Sabías que 10 olivas tienen menos calorías que un yogur desnatado? Y que una manzana tiene más calorías que 1 plátano?
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Comprobar que con pequeños cambios en el día a día puedes obtener grandes beneficios. Por ejemplo, con pocos cambios ya empiezas a sentirte más ligero, mejoras tus hábitos intestinales, sientes que te estás cuidando, empiezas a sentir que sirves de ejemplo a tu familia y amigos, vas dejando de sentirte culpable por comida alguna guarrada…
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Reducir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas directamente relacionadas con el estilo de vida y los hábitos alimentarios como la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión e incluso el cáncer. Muchos pacientes consiguen reducir significativamente la medicación gracias al cambio de hábitos, no vale esto un imperio?
Sabes cuántas veces en la semana hay que comer legumbres?
Para perder peso hay alguna fruta prohibida o algún momento ideal para tomarla?
Son más saludables los alimentos Eco?
Son malos los transgénicos?
Los congelados y las conservas son buenos o malos?
Sabes interpretar el etiquetado de los alimentos?
Mejor sin lactosa?
La carne roja es necesaria?
Las galletas que compro son sanas?
Qué pasa con mis huesos si no tomo lácteos?
Es saludable una copeta de vino en el día?
Cuántos huevos se pueden comer en la semana?
En resumen, si no sabes la respuesta a alguna de estas preguntas o tienes dudas es que TODAVÍA NO HAS IDO A UNO (buen) DIETISTA-NUTRICIONISTA En TU VIDA (busca tu dietista-nutricionista colegiado aquí).